Muchas personas se resignan, luego de probarlo todo, a tener un abdomen grande y voluminoso junto con grasas acumuladas en otras partes del cuerpo, generalmente por desconocimiento acerca de la implicación del hígado en estos trastornos.
Como explica la Dra. Sandra Cabot, autora del libro “La Dieta de Limpieza del Hígado”, este es un órgano glandular que tiene importantes funciones para la salud, tales como la eliminación de sustancias toxicas de la sangre, metabolización de vitaminas, glucógeno y grasas, la producción de la bilis y el mantenimiento del balance el sistema inmunológico entre otras.Cabot señala que el mal funcionamiento del hígado desencadena: problemas de obesidad, enfermedades cardiovasculares, dolores de cabeza, fatiga crónica, trastornos digestivos, alergias además de otros desordenes.
A través de su investigación, Cabot pudo descubrir que el exceso de peso es un síntoma de desorden del hígado más que del consumo de calorías, como demostró con resultados sorprendentes al tratar 1.540 pacientes bajo este enfoque, aportándoles pérdida de peso y bienestar general mediante cambios dietéticos y suplementos naturales.
La Doctora Cabot además, descubrió que los doctores de medicina alternativa ya realizaban tratamientos muy acertados a partir del diagnóstico del estado del hígado de sus pacientes, mediante diferentes técnicas (iridología, acupuntura, técnicas del pulso, análisis quántico); corroborando así la implicación del hígado en los problemas generales de salud.
10 Síntomas de disfunción del hígado
• Malas digestiones, hinchazón abdominal, flatulencias, nauseas después de comidas grasas, aumento de volumen alrededor del abdomen y estreñimiento, síndrome de colon irritable.
• Mal aliento y/o lengua manchada, al despertarse en las mañanas.
• Cambios de humor, depresiones, bloqueo mental, mala memoria; el cerebro es afectado por agentes tóxicos en el torrente sanguíneo.
• Condiciones alérgicas tales como fiebre, urticaria, erupciones cutáneas y asma.
• Dolores de cabeza repentinos; infortunadamente los calmantes pueden empeorar el hígado
• Tensión alta y/o retención de líquidos.
• Fatiga y síndrome de fatiga crónica, mareo, ligeros dolores de cabeza y necesidad de ingerir azúcar. Puede deberse a un nivel de azúcar en la sangre inestable causado por el hígado.
• Cálculos en la vesícula biliar, hechos de colesterol endurecido. Si el hígado no trabaja eficazmente, no produce las sales biliares para controlar los niveles de colesterol.
• Sudoración o transpiración fuerte como consecuencia de la excesiva temperatura corporal.
• Baja tolerancia al alcohol y a algunos medicamentos tales como los antibióticos.
• Condiciones alérgicas tales como fiebre, urticaria, erupciones cutáneas y asma.
• Dolores de cabeza repentinos; infortunadamente los calmantes pueden empeorar el hígado
• Tensión alta y/o retención de líquidos.
• Fatiga y síndrome de fatiga crónica, mareo, ligeros dolores de cabeza y necesidad de ingerir azúcar. Puede deberse a un nivel de azúcar en la sangre inestable causado por el hígado.
• Cálculos en la vesícula biliar, hechos de colesterol endurecido. Si el hígado no trabaja eficazmente, no produce las sales biliares para controlar los niveles de colesterol.
• Sudoración o transpiración fuerte como consecuencia de la excesiva temperatura corporal.
• Baja tolerancia al alcohol y a algunos medicamentos tales como los antibióticos.
Si presenta alguno de estos síntomas, es aconsejable que incluya en sus hábitos alimenticios algunos cuidados que su hígado agradecería:
• No consumir alimentos sin necesidad: ni esperar demasiado cuando el cuerpo lo pide. Ser puntuales con nuestro reloj biológico.
• Tomar buena agua al día (10-12 vasos): distribuidos, no grandes cantidades en una sola vez.
• Disminuir el consumo de azucares: se transforman en grasas que sobrecargan el hígado.
• Eliminar los alimentos procesados de la dieta: contienen conservantes que exigen al hígado, también contienen bacterias que se activan en el organismo.
• Optar por proteínas provenientes de carnes magras (pollo, pescado) y de algunos vegetales (como legumbres, granos, cereales, frutos secos y semillas)
• Evitar las grasas saturadas: presentes en carnes y lácteos enteros, mejor consumir la grasa proveniente de pescado, semillas, nueces, aguacates, olivas y legumbres. Para sazonar, ensaladas, fritos ligeros, etc., lo ideal es el aceite sin refinar prensado en frío y embasado en botellas de cristal oscuras que lo protejan de la luz. El aceite de oliva virgen es una buena elección.
• Hacerle mantenimiento al hígado, desintoxicándolo: la lecitina E, obtenida del frijol de soya se utiliza con gran éxito en problemas hepáticos, de sobrepeso, cardiovasculares y del sistema nervioso. La lecitina E actúa limpiando y manteniendo saludable el hígado, al restablecer los índices de grasa que afectan su desempeño. No deje de conocer nuestra version de Lecitina E masticable de origen natural, disponible en nuestra tienda en línea.
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