Omega 3, lo que deberias saber

 Algunos se habrán preguntado como un elemento de naturaleza grasa puede favorecer nuestra salud cuando tradicionalmente nos han enseñado todo lo contrario respecto a las grasas. Descubre la verdad alrededor de esta grasa mágica que está salvando vidas.

El omega 3 ha cobrado gran popularidad en todo el mundo por sus beneficios para el corazón y el sistema cardiovascular, además, estudios recientes revelan muchos más beneficios relacionados con el cerebro y la salud mental.  

Para empezar es importante comprender que nuestro organismo solo puede obtener nutrientes a partir de tres fuentes: las proteínas, los carbohidratos y las grasas, por ello todo lo que consumismos se clasifica en alguno de estos tres grupos.

En el grupo de las grasas encontramos las grasas Poliinsaturadas, en esta categoria se  ubican los ácidos grasos omega-3, omega-6 y omega-9; A su vez, los omega-3, se clasifican en 2 grupos: "de cadena larga" como el DHA y EPA, y de "cadena corta", como ALA (ácido alfa-linolénico). Los ácidos grasos de cadena larga son los que se consideran más beneficiosos, se recomienda fijarse muy bien en las etiquetas de los suplementos de omega-3 y asegurarse que se contenga por lo menos el DHA y EPA 

Al hablar del omega-3 es importante conocer algunas teorías en torno a los cambios en las condiciones de la salud humana a lo largo de la historia basadas en la evolución de la enfermedad cardiaca, de la cual se dice que no estuvo presente en la humanidad durante millones de años, cuando la dieta se basaba primordialmente en animales crudos y algunos vegetales, hasta que la agricultura trajo consigo un cambio en la dieta alimentaria del hombre.

Esta teoría apunta a explicar que nuestra dieta permitió mantener un equilibrio entre ácidos grasos omega-6 y omega-3 hasta entonces; Según estudios, ya para el siglo 20 esa relación cambió entre 20/1 - 50/1. Haciendo escasear el omega-3 en nuestro organismo, lo cual  ha desencadenado alteraciones en la salud comunes hoy en día tales como: la fatiga, piel seca y/o picor, cabello y uñas quebradizas, estreñimiento, resfriados frecuentes, depresión, falta de concentración, falta de resistencia física y/o dolor en las articulaciones y músculos por pérdida de flexibilidad, problemas cardiovasculares entre otros.

Lo anterior apunta a que debemos buscar el equilibrio entre el omega-6 y el omega-3, la estrategia propuesta por los especialistas de la salud consiste en reducir el omega-6, presente en los granos, aceites de granos y cereales (trigo, maíz, arroz, avena, etc.) y en lo posible incrementar la ingesta de alimentos con alto contenido de omega-3, presente en productos de origen marino como salmón, atún y sardinas. Sin embargo, debe tener en cuenta que desafortunadamente, los océanos están contaminados y el pescado que compramos tiene niveles peligrosos de mercurio, un metal venenoso. Se recomienda ingerir el omega-3 en forma de aceite de pescado que haya pasado por etapas rigurosas de producción garantizando su pureza.

Tenga en cuenta que si desea obtener el omega-3 de fuentes como el pescado debe evitar sofreirlo en aceites vegetales, puesto que estaria contaminando el producto. Consumalo preferiblemente asado.

Es importante mencionar que se debe complementar el consumo del omega-3 con el de vitamina E (400 UI/día), para prevenir su oxidación y aprovechar todos sus beneficios.

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Nota: Recuerde que Las personas que tienen trastornos relacionados con hemorragias, hematomas o que se estén tomando anticoagulantes deben consultar con un médico antes de tomar suplementos de ácidos grasos omega-3. 

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